jueves, 24 de diciembre de 2015

Soy mitraista

Para nada pensaba yo hablar publicamente de esto, pero una reciente entrada me lleva a ello.

Hoy os voy confesar algo que jamás he contado salvo en la más estricta intimidad y no a cualquiera.

Sabed que soy mitraista, es el Mitraísmo una de mis religiones, que no os sorprenda, para nosotros los paganos nada nos es más natural que movernos entre varias religiones y considerar a cada una de ellas nuestro hogar. Al fin y al cabo nuestros dioses no son celosos y todos ellos se saben distintas facetas, que no otra cosa son, de un solo Dios que las tiene todas.

Dejad, pues, que os cuente ahora un cuento repleto de metáforas y verdades.

Antes de que nada existiera esa nada era lo que había y en esa nada despertó algo, llamemosle espíritu creador, y ese creador se puso a crear y todo lo hizo a partir de dos fuerzas, la angustia y la justicia.

Angustia y Justicia, por su propia naturaleza luchan la una contra la otra y esa lucha es la que da lugar al mundo y a todo lo existente en él. El universo, la vida, no es más que un inmenso campo de batalla.

A esa Nada, a ese Creador, a la Justicia y a la Angustia, si queréis les podéis ver como dioses, yo generalmente los veo como fuerzas naturales siempre presentes.

Y, es en esa guerra, como consecuencia y forma de ella, entre la justicia y la angustia, que todo nace, nosotros los seres humanos incluidos. Pero no somos solo parte de un campo de batalla como si fueramos un río o una piedra o una hierba. Estamos, por nuestra propia naturaleza, a ser llamados a participar en la guerra y sus batallas. Podemos optar por ambos bandos, nada, salvo nosotros mismos, nos ata a ninguno de ellos.

Ese es a grandes rasgos el discurso mítico en el que se engarza el culto misterico del mitraísmo.

¿Me expliqué?

Bien, hablemos ahora de Mitra (según el mitraísmo).



Mitra cuyo nombre significa el amigo, el aliado, nace en forma humana (sí como Cristo) en la noche del 24 al 25 de Diciembre (que sí, que como Cristo) y no viene a consolarnos ni a salvarnos de ningún Valle de Lagrimas (aunque nos acusen de creer lo contrario). Mitra es un dios de la guerra y para la guerra que viene a alimentarnos (que siiiiiiiiiiiiiiiiiií, que el mitraísmo celebraba el sacramento de la comunión, también el del bautismo por cierto), a alimentarnos a nosotros y a toda la creación, a darnos fuerza para llevar a cabo aquello que debemos hacer y que no siempre es fácil.

¿Cual es el camino a seguir, la Justicia o la Angustia?, para el mitraísmo el camino es el de la extensión cada vez mayor de la justicia; dentro del propio mitraista y fuera del también, mirando el mundo, todo, y por lo tanto también a una misma, con los ojos de la piedad, y el corazón caliente y la mente fría.

El reino de Mitra no es un reino de paz, ni siquiera de amor, si no que es un reino por amor, por amor a la justicia. De hecho su reino cabe en un puño, pues no es su reino otra cosa que la espada desenvainada en defensa de la justicia. Y, si se ha de morir en la batalla que así sea, solo importa si la razón que nos lleva a ella es justa, y si es justa entonces bendita sea la batalla. Y, si mordemos el polvo no pasa nada, besaremos la tierra, otros nos seguirán.

El mitraismo es una vieja religión actualmente casi extinguida. Pocos quedamos y apenas tenemos testimonios fiables de como fue en el pasado. Los arqueólogos de vez en cuando encuentran alguno de nuestros templos, incluso en España, quedan un mal puñado de testimonios escritos con frecuencia difamatorios sobre nosotros. La institución religiosa en torno a la cual se conformo nuestro culto fue aniquilada por el cristianismo una vez este se hizo con el poder absoluto dentro del imperio romano. Por lo que poco podemos saber con absoluta certeza de como fue realmente nuestra culto en aquellas épocas. Por ello lo que acabo de contar debe ser “encasillado” como una interpretación personal, mi fe personal. Y, aunque os puedo asegurar que no es una interpretación hecha a la ligera también os puedo asegurar que jamás escribiré el libro que la defiende, basa, explica y argumenta, al fin y al cabo el mitraísmo jamás ha practicado el proselitismo. Y, aquí solo he pretendido mostrar otra faceta mía, desnudarme un poco más.

Para acabar quisiera decir otro par de cosas:

Actualmente existen por supuesto otros mitraistas, algunos de ellos los considero unos frikies, otros en cambio juzgo que van en serio, de estos algunos se mueven en la misma onda que yo y otros en cambio ni ellos se mueven para nada en la mía ni yo me moveré jamás en la de ellos. Pero en general cada cual trata de re-construir en lo posible lo que fuimos, lo mejor que es capaz, pero sin poder llegar nunca a ser lo que fuimos, ni falta que hace pues al mitraista lo que realmente le importa es el espíritu del mitraísmo y no sus formas externas.

Soy mujer y si alguien que algo sepa de mitraismo lee esto puede pensar que disparato al autocalificarme de mitraista. La razón es que es fácil presuponer que el mitraísmo, durante el imperio romano, no aceptaba mujeres. Es cierto que por regla general no las acepto, pero también lo es que los arqueólogos encontraron en la tumba de una mujer la lapida que la reconocía como una mitraista con el grado de lea, que no es precisamente el más pequeño.

Pienso que simplemente el mitraísmo no aceptaba a nadie que no fuera libre. Por eso aceptaba a ex-esclavos pero no a esclavos y que de un modo similar no podía aceptar mujeres sometidas a varón alguno fuera ese padre, marido o amo , que poca era la diferencia por entonces, pero la sociedad romana tenía mujeres libres, muy pocas cierto, pero las tenía. Un pequeño porcentaje de las prostitutas lo era, dueñas y señoras de su propia vida. Y, yo os puedo asegurar que carezco de dueño y por lo tanto soy libre o mejor dicho soy libre y por lo tanto nadie es ni puede ser mi dueño y consecuentemente claro que puedo ser y de hecho soy mitraista.

Por ello hoy que es 24 de Diciembre, volveré a entrar, como cada noche por estas fechas, ya siendo 25, en la gruta profunda y bajo la cúpula estrellada, bajo cada estrella del firmamento, libremente, con el alma desnuda, una vez más renovaré mi juramento.

“ Soy, Ormuz, por voluntad propia, parte de vuestra hueste; y como tal, que sea aquello que haya de ser, que esa y no otra es mi voluntad”


Escrito, un 24 de Diciembre, por Lea, Hija del Viento, Déspota del Templo, Señora de la Madre y la Serpiente, de la Raza de los Sin Rey.

6 comentarios:

  1. Respuestas
    1. ¿Se entiende?

      Entonces valió la pena que lo escribiera :-)

      Eliminar
  2. "Veo un tren de futuras víctimas hacia Portugal si no se conservan los límites, veo el final" Pero se conservarán, se guardarán.
    Todos necesitamos un límite, un secreto que nos haga humanos, aunque ese secreto sólo esté en nosotros y sea lo más evidente para el otro. Para el Otro. Para Dios.

    Vicent Adsuara i Rollan

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Limites?

      Curioso que me los mencione, Vicent.

      Sin limites no hay forma y sin forma no hay seres. Sin seres no hay ser. Por eso en mitraismo, en mi opinión, se da tanta importancia a comprender y valorar los limites.

      La relación entre el zurvanismo y el zoroastrismo, dada la pobreza de las fuentes históricas, por desgracia no está del todo clara, pero parece que probablemente el mitraismo se engarza más en el zurvanismo que en el zoroastrismo.

      Zurvan es un dios peculiar, ligado al concepto tiempo. Tiene dos aspectos que le son consustanciales, si le quitásemos uno ya no sería él, uno de ellos es Zurvan en cuanto tiempo ilimitado, es el que da inicio al mito, se autosacrifica para dar lugar al cosmos, el cosmos solo es posible mediante ese otro aspecto de Zurvan, el tiempo ahora limitado, es entonces cuando nace la procesión del tiempo en cuanto pasado, presente y futuro y su continua danza de las formas en que las de ayer nos trajeron a las de hoy como estas nos están llevando a las de mañana. Lo limitado no es visto aquí como opuesto si no como complementario y aun más como consecuencia natural de lo ilimitado, de un modo que me recuerda (salvando las distancias) al ápeiron ( mi concepción favorita de arché) de Anaximandro y a la manera en que da lugar a todo lo que existe.

      Eliminar
  3. Sí, es lo que yo suelo llamar, que no es mío, lógicamente, nada es nuestro y todo es nuestro; la contradicción paradójica de la realidad, en algo se parece esta limitación e ilimitación.

    Vicent

    ResponderEliminar
  4. “La contradicción paradójica de la realidad”, lo has expresado muy bien, Vicent, de eso y de su resolución va el asunto, siendo lo que Luis en su blog llama conversión, en un sentido más bien filosófico e integral, el camino que lleva a resolver esas paradojas, aunque para ello hay que llegar hasta el final y con todo lo que eso implica.

    ResponderEliminar