Para nada pensaba yo hablar
publicamente de esto, pero una reciente entrada me lleva a ello.
Hoy os voy confesar algo que jamás
he contado salvo en la más estricta intimidad y no a cualquiera.
Sabed que soy mitraista, es el
Mitraísmo una de mis religiones, que no os sorprenda, para nosotros
los paganos nada nos es más natural que movernos entre varias
religiones y considerar a cada una de ellas nuestro hogar. Al fin y
al cabo nuestros dioses no son celosos y todos ellos se saben
distintas facetas, que no otra cosa son, de un solo Dios que las
tiene todas.
Dejad, pues, que os cuente ahora
un cuento repleto de metáforas y verdades.
Antes de que nada existiera esa
nada era lo que había y en esa nada despertó algo, llamemosle
espíritu creador, y ese creador se puso a crear y todo lo hizo a
partir de dos fuerzas, la angustia y la justicia.
Angustia y Justicia, por su propia
naturaleza luchan la una contra la otra y esa lucha es la que da
lugar al mundo y a todo lo existente en él. El universo, la vida, no
es más que un inmenso campo de batalla.
A esa Nada, a ese Creador, a la
Justicia y a la Angustia, si queréis les podéis ver como dioses, yo
generalmente los veo como fuerzas naturales siempre presentes.
Y, es en esa guerra, como
consecuencia y forma de ella, entre la justicia y la angustia, que
todo nace, nosotros los seres humanos incluidos. Pero no somos solo
parte de un campo de batalla como si fueramos un río o una piedra o
una hierba. Estamos, por nuestra propia naturaleza, a ser llamados a
participar en la guerra y sus batallas. Podemos optar por ambos
bandos, nada, salvo nosotros mismos, nos ata a ninguno de ellos.
Ese es a grandes rasgos el
discurso mítico en el que se engarza el culto misterico del
mitraísmo.
¿Me expliqué?
Bien, hablemos ahora de Mitra
(según el mitraísmo).
Mitra cuyo nombre significa el
amigo, el aliado, nace en forma humana (sí como Cristo) en la noche
del 24 al 25 de Diciembre (que sí, que como Cristo) y no viene a
consolarnos ni a salvarnos de ningún Valle de Lagrimas (aunque nos
acusen de creer lo contrario). Mitra es un dios de la guerra y para
la guerra que viene a alimentarnos (que siiiiiiiiiiiiiiiiiií, que el
mitraísmo celebraba el sacramento de la comunión, también el del
bautismo por cierto), a alimentarnos a nosotros y a toda la creación,
a darnos fuerza para llevar a cabo aquello que debemos hacer y que no
siempre es fácil.
¿Cual es el camino a seguir, la
Justicia o la Angustia?, para el mitraísmo el camino es el de la
extensión cada vez mayor de la justicia; dentro del propio mitraista
y fuera del también, mirando el mundo, todo, y por lo tanto también
a una misma, con los ojos de la piedad, y el corazón caliente y la
mente fría.
El reino de Mitra no es un reino
de paz, ni siquiera de amor, si no que es un reino por amor, por amor
a la justicia. De hecho su reino cabe en un puño, pues no es su
reino otra cosa que la espada desenvainada en defensa de la
justicia. Y, si se ha de morir en la batalla que así sea, solo
importa si la razón que nos lleva a ella es justa, y si es justa
entonces bendita sea la batalla. Y, si mordemos el polvo no pasa
nada, besaremos la tierra, otros nos seguirán.
El mitraismo es una vieja religión
actualmente casi extinguida. Pocos quedamos y apenas tenemos
testimonios fiables de como fue en el pasado. Los arqueólogos de vez
en cuando encuentran alguno de nuestros templos, incluso en España,
quedan un mal puñado de testimonios escritos con frecuencia
difamatorios sobre nosotros. La institución religiosa en torno a la
cual se conformo nuestro culto fue aniquilada por el cristianismo una
vez este se hizo con el poder absoluto dentro del imperio romano. Por
lo que poco podemos saber con absoluta certeza de como fue realmente
nuestra culto en aquellas épocas. Por ello lo que acabo de contar
debe ser “encasillado” como una interpretación personal, mi fe
personal. Y, aunque os puedo asegurar que no es una interpretación
hecha a la ligera también os puedo asegurar que jamás escribiré el
libro que la defiende, basa, explica y argumenta, al fin y al cabo el
mitraísmo jamás ha practicado el proselitismo. Y, aquí solo he
pretendido mostrar otra faceta mía, desnudarme un poco más.
Para acabar quisiera decir otro
par de cosas:
Actualmente existen por supuesto
otros mitraistas, algunos de ellos los considero unos frikies, otros
en cambio juzgo que van en serio, de estos algunos se mueven en la
misma onda que yo y otros en cambio ni ellos se mueven para nada en
la mía ni yo me moveré jamás en la de ellos. Pero en general cada
cual trata de re-construir en lo posible lo que fuimos, lo mejor que
es capaz, pero sin poder llegar nunca a ser lo que fuimos, ni falta
que hace pues al mitraista lo que realmente le importa es el espíritu
del mitraísmo y no sus formas externas.
Soy mujer y si alguien que algo
sepa de mitraismo lee esto puede pensar que disparato al
autocalificarme de mitraista. La razón es que es fácil presuponer
que el mitraísmo, durante el imperio romano, no aceptaba mujeres. Es
cierto que por regla general no las acepto, pero también lo es que
los arqueólogos encontraron en la tumba de una mujer la lapida que
la reconocía como una mitraista con el grado de lea, que no es
precisamente el más pequeño.
Pienso que simplemente el
mitraísmo no aceptaba a nadie que no fuera libre. Por eso aceptaba a
ex-esclavos pero no a esclavos y que de un modo similar no podía
aceptar mujeres sometidas a varón alguno fuera ese padre, marido o
amo , que poca era la diferencia por entonces, pero la sociedad
romana tenía mujeres libres, muy pocas cierto, pero las tenía. Un
pequeño porcentaje de las prostitutas lo era, dueñas y señoras de
su propia vida. Y, yo os puedo asegurar que carezco de dueño y por
lo tanto soy libre o mejor dicho soy libre y por lo tanto nadie es ni
puede ser mi dueño y consecuentemente claro que puedo ser y de hecho
soy mitraista.
Por ello hoy que es 24 de
Diciembre, volveré a entrar, como cada noche por estas fechas, ya
siendo 25, en la gruta profunda y bajo la cúpula estrellada, bajo
cada estrella del firmamento, libremente, con el alma desnuda, una
vez más renovaré mi juramento.
“ Soy, Ormuz, por voluntad
propia, parte de vuestra hueste; y como tal, que sea aquello que
haya de ser, que esa y no otra es mi voluntad”
Escrito, un 24 de Diciembre, por
Lea, Hija del Viento, Déspota del Templo, Señora de la Madre y la
Serpiente, de la Raza de los Sin Rey.
Se entiende.
ResponderEliminar¿Se entiende?
EliminarEntonces valió la pena que lo escribiera :-)
"Veo un tren de futuras víctimas hacia Portugal si no se conservan los límites, veo el final" Pero se conservarán, se guardarán.
ResponderEliminarTodos necesitamos un límite, un secreto que nos haga humanos, aunque ese secreto sólo esté en nosotros y sea lo más evidente para el otro. Para el Otro. Para Dios.
Vicent Adsuara i Rollan
¿Limites?
EliminarCurioso que me los mencione, Vicent.
Sin limites no hay forma y sin forma no hay seres. Sin seres no hay ser. Por eso en mitraismo, en mi opinión, se da tanta importancia a comprender y valorar los limites.
La relación entre el zurvanismo y el zoroastrismo, dada la pobreza de las fuentes históricas, por desgracia no está del todo clara, pero parece que probablemente el mitraismo se engarza más en el zurvanismo que en el zoroastrismo.
Zurvan es un dios peculiar, ligado al concepto tiempo. Tiene dos aspectos que le son consustanciales, si le quitásemos uno ya no sería él, uno de ellos es Zurvan en cuanto tiempo ilimitado, es el que da inicio al mito, se autosacrifica para dar lugar al cosmos, el cosmos solo es posible mediante ese otro aspecto de Zurvan, el tiempo ahora limitado, es entonces cuando nace la procesión del tiempo en cuanto pasado, presente y futuro y su continua danza de las formas en que las de ayer nos trajeron a las de hoy como estas nos están llevando a las de mañana. Lo limitado no es visto aquí como opuesto si no como complementario y aun más como consecuencia natural de lo ilimitado, de un modo que me recuerda (salvando las distancias) al ápeiron ( mi concepción favorita de arché) de Anaximandro y a la manera en que da lugar a todo lo que existe.
Sí, es lo que yo suelo llamar, que no es mío, lógicamente, nada es nuestro y todo es nuestro; la contradicción paradójica de la realidad, en algo se parece esta limitación e ilimitación.
ResponderEliminarVicent
“La contradicción paradójica de la realidad”, lo has expresado muy bien, Vicent, de eso y de su resolución va el asunto, siendo lo que Luis en su blog llama conversión, en un sentido más bien filosófico e integral, el camino que lleva a resolver esas paradojas, aunque para ello hay que llegar hasta el final y con todo lo que eso implica.
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